El pasado 8 de enero la nave “Peregrine” fue lanzada en el cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance

ULA

desde la estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida, siendo la “Peregrine Mission One” o “Misión Peregrina Uno”, de la empresa privada Astrobotic Technology trabajando con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio

NASA, por sus siglas en inglés

.
Horas después, la nave tuvo complicaciones y se perdió comunicación con la estación, logrando restablecer la conexión hasta el 11 de enero. Según los expertos que monitoreaban la misión, se presento una falla en uno de los propulsores que servía para ajustar las celdas solares en dirección al sol para obtener energía. Este percance se pudo solucionar, sin embargo, la nave utilizó más combustible del que se tenía previsto, quedándose sin el combustible suficiente para llegar a la luna, como era el plan.
La NASA recomendó, para que se termine de una forma segura y responsable la misión, que la nave entre a la atmosfera terrestre para que se desintegre, y probablemente se incendie. Esto no representa ningún peligro para la Tierra y se evita dejar residuos de la nave en el espacio. Se estima que la nave entre a la atmosfera este jueves 18 de enero al norte de Australia.