Grana cochinilla, el color de tiempos prehispánicos

La grana cochinilla es un pequeño insecto que ha servido a lo largo de la historia para dar color a textiles o alimentos. Su particular color rojo es útil para entintar casi cualquier cosa y  mezclado con otros elementos da como producto una gama de colores muy amplia.  
En lo que ahora es Oaxaca, los mixtecos desarrollaron un método de crianza para multiplicar a este insecto que es un parásito del nopal. La vestimenta de las personas más importantes de la sociedad tenían este color, una característica que los diferenciaba del resto de los habitantes.
También es conocida como “sangre de tuna”, el pigmento se extrae de las hembras adultas de la grana cochinilla, de ahí se obtiene el ácido carmínico. Esta es la sustancia que permite a la industria alimenticia, farmacéutica y cosmetológica dar ese color rojo de alta calidad.
Actualmente el insecto se produce en ambientes acondicionados para controlar los factores ambientales externos, debido a la aparición de los tintes artificiales la grana cochinilla no ha podido competir con los pigmentos más baratos y casi ha desaparecido.
El ciclo de su producción empieza cuando las cochinillas hembra son fecundadas y estas se ponen en nidos sobre los nopales para que produzcan de 150 a 400 huevos en un lapso de 115 días.
Se puede extraer moliendo el insecto e hirviendo en agua o en procesos industriales más complejos donde se transforma en polvo y de ahí se pueden sacar otros colores como el púrpura.  
El cultivo de este insecto es una tarea complicada donde tiene que participar químicos, ingenieros, biólogos, antropólogos y otros especialistas dedicados a su cultivo y uso.

Jireh Acosta
Imagen de Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural

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