Cómo enfrenta el cerebro el distanciamiento social
Desde que el coronavirus llegó al mundo las medidas para evitar su contagio han sido muchas, la Organización Mundial de la Salud recomendó no convivir con personas fuera de la casa y evitar aglomeraciones pero con el paso del tiempo las medidas tuvieron que ser más estrictas.
El cierre de parques, plazas, cines la cancelación de eventos masivos, impartir clases en línea y la opción de trabajar en home office cambiaron la vida del mundo por completo, no solo porque ya no se podía hacer actividades a las que estábamos acostumbrados sino también porque el contacto con otros seres humanos estaba limitado a convivir con las personas en casa.
Las condiciones en casa son diferentes para todos, mientras que unos tuvieron la oportunidad de convivir más con sus seres queridos, la otra parte del grupo sufría de violencia, de la que ya no podía escapar porque no había lugar a donde ir.
Estudios comprueban que nuestro cerebro es social y que la convivencia con otros es esencial para resolver nuestras necesidades y tener un funcionamiento adecuado en la sociedad.
La Dra. Xamanek Cortijo Investigadora en el Instituto Interdisciplinario de Investigaciones de la Universidad de Xalapa concluyó que el cerebro interpreta la convivencia social con la motivación de comer, esto por los niveles de dopamina que genera la relación con otras personas.
Sumado a las medidas de distanciamiento, la violencia y bombardeo constante de noticias negativas la incertidumbre por lo que pasará a futuro ha sido uno de los factores que más afecta a la población.
La Sociedad Española de Psiquiatría publicó una serie de consejos para poder enfrentar el distanciamiento social de manera saludable mentalemnte. Entre ellas está el ser consciente de los posibles riesgos que tiene la población si saliera y se expusiera al virus.
Además de contar con una rutina diaria que sea lo más similar posible a la que se tenía antes del confinamiento es recomendable tener actividades que permitan el esparcimiento y relajación dentro de casa, además de estar en constante contacto con un psicólogo o psiquiatra de ser necesario.
Jireh Acosta
El cierre de parques, plazas, cines la cancelación de eventos masivos, impartir clases en línea y la opción de trabajar en home office cambiaron la vida del mundo por completo, no solo porque ya no se podía hacer actividades a las que estábamos acostumbrados sino también porque el contacto con otros seres humanos estaba limitado a convivir con las personas en casa.
Las condiciones en casa son diferentes para todos, mientras que unos tuvieron la oportunidad de convivir más con sus seres queridos, la otra parte del grupo sufría de violencia, de la que ya no podía escapar porque no había lugar a donde ir.
Estudios comprueban que nuestro cerebro es social y que la convivencia con otros es esencial para resolver nuestras necesidades y tener un funcionamiento adecuado en la sociedad.
La Dra. Xamanek Cortijo Investigadora en el Instituto Interdisciplinario de Investigaciones de la Universidad de Xalapa concluyó que el cerebro interpreta la convivencia social con la motivación de comer, esto por los niveles de dopamina que genera la relación con otras personas.
Sumado a las medidas de distanciamiento, la violencia y bombardeo constante de noticias negativas la incertidumbre por lo que pasará a futuro ha sido uno de los factores que más afecta a la población.
La Sociedad Española de Psiquiatría publicó una serie de consejos para poder enfrentar el distanciamiento social de manera saludable mentalemnte. Entre ellas está el ser consciente de los posibles riesgos que tiene la población si saliera y se expusiera al virus.
Además de contar con una rutina diaria que sea lo más similar posible a la que se tenía antes del confinamiento es recomendable tener actividades que permitan el esparcimiento y relajación dentro de casa, además de estar en constante contacto con un psicólogo o psiquiatra de ser necesario.
Jireh Acosta
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