¿Qué son y cómo se forman los moretones?
Llegar a casa con una rodilla con moretón es una situación que muchos han experimentado, ya sea durante la infancia o en algún momento desafortunado. Estas lesiones, denominadas equimosis, se producen por la acumulación de sangre bajo la piel, debido a la ruptura de pequeños vasos sanguíneos.
Las causas más frecuentes son traumatismos provocados por caídas, lesiones deportivas, accidentes automovilísticos o golpes recibidos de otras personas u objetos.
Su manifestación más típica es la aparición de una zona roja violácea que puede ser dolorosa al tacto. Luego, cambia a un color azuloso y después a uno amarillo-verdoso hasta que desaparece.
La doctora Juana Benedetto, jefe del Servicio de Dermatología de Clínica Alemana, explica que cuando la hemorragia es más profunda se origina un bulto denominado hematoma, un coágulo grande que se forma en tejidos subcutáneos o musculares. Si bien esta lesión suele expresarse con un moretón, muchas veces es interno y no se ve en la epidermis.
Aparte del dolor y su desagradable apariencia, los moretones y hematomas no suelen tener mayores complicaciones. Sin embargo, la doctora Benedetto. explica que cuando se presentan en forma frecuente o sin causa aparente pueden ser signos de alguna otra enfermedad o anomalía.
Un ejemplo son las patologías que producen fallas en los mecanismos de coagulación por ejemplo a nivel de plaquetas y en los vasos sanguíneos. Entre ellas se puede mencionar desde el déficit de vitamina K hasta una vasculitis y fiebres hemorrágicas, entre otras.
Hay personas que, sin padecer enfermedad, son más propensas a presentar este tipo de lesiones. Esto puede deberse simplemente a razones genéticas o a la edad.
La especialista explica que los adultos mayores suelen presentar con mayor frecuencia este tipo de lesiones, debido a que tienen una mayor fragilidad capilar y problemas en el tejido conjuntivo que sostiene la piel. Esto hace que los vasos sanguíneos estén mucho más expuestos a romperse con traumas menores.
Fuente: Clínica Alemana
Las causas más frecuentes son traumatismos provocados por caídas, lesiones deportivas, accidentes automovilísticos o golpes recibidos de otras personas u objetos.
Su manifestación más típica es la aparición de una zona roja violácea que puede ser dolorosa al tacto. Luego, cambia a un color azuloso y después a uno amarillo-verdoso hasta que desaparece.
La doctora Juana Benedetto, jefe del Servicio de Dermatología de Clínica Alemana, explica que cuando la hemorragia es más profunda se origina un bulto denominado hematoma, un coágulo grande que se forma en tejidos subcutáneos o musculares. Si bien esta lesión suele expresarse con un moretón, muchas veces es interno y no se ve en la epidermis.
Aparte del dolor y su desagradable apariencia, los moretones y hematomas no suelen tener mayores complicaciones. Sin embargo, la doctora Benedetto. explica que cuando se presentan en forma frecuente o sin causa aparente pueden ser signos de alguna otra enfermedad o anomalía.
Un ejemplo son las patologías que producen fallas en los mecanismos de coagulación por ejemplo a nivel de plaquetas y en los vasos sanguíneos. Entre ellas se puede mencionar desde el déficit de vitamina K hasta una vasculitis y fiebres hemorrágicas, entre otras.
Hay personas que, sin padecer enfermedad, son más propensas a presentar este tipo de lesiones. Esto puede deberse simplemente a razones genéticas o a la edad.
La especialista explica que los adultos mayores suelen presentar con mayor frecuencia este tipo de lesiones, debido a que tienen una mayor fragilidad capilar y problemas en el tejido conjuntivo que sostiene la piel. Esto hace que los vasos sanguíneos estén mucho más expuestos a romperse con traumas menores.
Fuente: Clínica Alemana
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