¿Por qué llueve en Semana Santa?
La Semana Santa se aproxima y, como cada año, el pronóstico meteorológico parece incierto. Las previsiones indican la posibilidad de lluvias, cielos cubiertos y temperaturas más frescas, lo cual puede afectar las actividades al aire libre típicas de estas vacaciones. Algunas personas sostienen que la creencia de que siempre llueve durante la Semana Santa es más bien una cuestión de memoria selectiva, ya que recordamos las lluvias como inconvenientes que arruinan nuestras celebraciones.
Desde un punto de vista meteorológico, la Semana Santa es una festividad móvil. Esto significa que su fecha varía cada año, y se determina según un cálculo que se remonta al Concilio de Nicea (año 325). Según este, la Pascua de Resurrección se celebra el domingo que sigue a la primera luna llena después del equinoccio de primavera (21 de marzo). Por lo tanto, el Domingo de Ramos, que precede a la Pascua, puede ocurrir entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
En el equinoccio de primavera, es común experimentar un clima inestable y lluvioso, con cambios repentinos en las condiciones meteorológicas. Esto puede contribuir a la percepción de que la Semana Santa suele traer mal tiempo, especialmente cuando la mayoría de la gente planea salir y disfrutar de la naturaleza tras el invierno.
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