El norovirus es un virus altamente contagioso que provoca gastroenteritis, caracterizada por síntomas como vómitos intensos, diarrea y malestar estomacal. A menudo se propaga en lugares donde hay un alto contacto humano, como cruceros, residencias para ancianos, escuelas y cárceles. Debido a su capacidad para transmitirse fácilmente, un pequeño número de partículas del virus (tan solo 10) puede ser suficiente para causar una infección.
Los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican un aumento significativo en los brotes de norovirus en Estados Unidos durante el invierno, con 91 brotes reportados en la semana del 5 de diciembre, un incremento notable en comparación con las semanas anteriores. Este patrón es preocupante, especialmente considerando que históricamente, los brotes de norovirus suelen aumentar en esta época del año.
El norovirus es responsable del 58% de las infecciones transmitidas por alimentos en Estados Unidos, evidenciando su impacto en la salud pública. Es esencial que las personas tomen precauciones, como lavarse las manos regularmente y practicar buenas medidas de higiene, para ayudar a prevenir la propagación de este virus.