El incremento de la violencia en México, especialmente hacia los cuerpos de seguridad, es alarmante. Los datos que se mencionan reflejan no solo la difícil situación que enfrentan los policías en varias entidades, sino también los retos significativos que aún subsisten en el combate al crimen organizado y la delincuencia en general.
Durante el primer trimestre de 2025, se ha documentado la muerte de 113 policías, lo que indica un promedio preocupante de ejecuciones, especialmente en estados como Guanajuato, que ha experimentado una ola de violencia particularmente intensa. A pesar de los esfuerzos manifestados por las autoridades, como la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo y su encuentro con la presidenta Claudia Sheinbaum, los resultados parecen distar de lo esperado.
El hecho de que Guanajuato lidere la lista de asesinatos de policías, junto con otros estados como Sinaloa y Guerrero, sugiere que se requieren estrategias de seguridad más efectivas y coordinar esfuerzos a nivel federal y estatal para hacer frente a esta problemática. La variedad de gobernanzas en las entidades afectadas, algunas bajo administración de Morena y otras por el Movimiento Ciudadano, muestra que la crisis de seguridad no está vinculada a un solo partido político, sino que es un desafío que afecta a varias regiones del país independientemente de su liderazgo político.
Esta situación demanda atención inmediata y una reevaluación de las políticas de seguridad que se están implementando para proteger tanto a la población civil como a las fuerzas del orden.