Moisés Lira ha sido reconocido como nuevo beato en México, en una ceremonia que se llevó a cabo el sábado en la Basílica de Guadalupe, con la presencia del cardenal Marcello Semeraro, enviado del papa Francisco. Su beatificación es un evento significativo para los católicos del país, que cuenta con una población de casi 100 millones de fieles. Lira, originario de Puebla, nació en septiembre de 1893 y vivió una infancia marcada por la pérdida, ya que su madre falleció cuando él tenía cinco años, y su padre tuvo que trasladarse por motivos laborales.
Desde joven, Lira mostró su deseo de convertirse en sacerdote y, en 1914, fue el primer novicio de una nueva congregación creada por el francés Félix de Jesús Rougier. Su vida estuvo orientada por un lema que escribió en su diario tras su ordenación en 1922: “Es necesario ser muy pequeño para ser un gran santo”, reflejando su dedicación a la sencillez y humildad en su ministerio. La última beatificación en México había sido la de María Concepción Cabrera en 2019, marcando un renovado interés y reconocimiento de figuras santas dentro de la iglesia mexicana.