Caso Sonora: medidas a medias contra la deportación masiva de Trump
El análisis de la respuesta de las autoridades mexicanas ante las amenazas de deportaciones masivas por parte del presidente Donald Trump revela profundas falencias en la visión y estrategia para manejar el fenómeno migratorio. Investigadores como la doctora Gloria Ciria Valdéz Gardea destacan la “falta de buena voluntad” y la ausencia de una política integral que aborde las múltiples dimensiones de la migración.
Esta situación genera una considerable incertidumbre entre las comunidades afectadas, especialmente aquellas con estatus migratorio mixto en Estados Unidos, incluyendo a ciudadanos estadounidenses, personas sin documentos y residentes permanentes. La inseguridad se manifiesta en el comportamiento cotidiano de estas familias, como es el caso de los jóvenes que evitan actividades fuera de la escuela por miedo a ser interceptados por la Border Patrol.
El contexto se agrava al recordar las presiones del primer mandato de Trump, que buscaba transformar a México en un “tercer país seguro” para frenar el flujo migratorio. Esto, junto con los recientes datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, que reportaron en noviembre un mínimo histórico de arrestos, pone de manifiesto que las políticas migratorias son un tema candente que requiere una atención inmediata y efectiva, especialmente con la inminente asunción de un nuevo gobierno estadounidense.
En resumen, la falta de una estrategia clara y comprensiva por parte de México frente a la migración no solo alimenta la incertidumbre en la población, sino que también subraya la necesidad de un enfoque más coordinado y humano hacia las realidades de la migración en la región.
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