El chileno Alberto Fuguet en “Ciertos chicos”, mirada a los ochenta

“Ciertos chicos es una mezcla de mis pasiones: la literatura, el cine y la música. Es una revisión de mi propia historia, de cómo nos afectó a todos vivir en un contexto de represión, pero también de cómo ahí encontramos espacios para el amor y la libertad. Aunque estaba rodeado de un entorno adverso, el punk y la cultura pop nos dieron un sentido de pertenencia y una forma de resistencia”, comentó Fuguet.
El autor también reflexionó sobre el impacto que tuvo la dictadura en su vida y en su obra, destacando que, aunque no vivió directamente como protagonista de esos eventos, la atmósfera de miedo y censura indudablemente marcó su juventud. “El arte y la cultura siempre han sido formas de escapar y desafiar la realidad. En la narrativa de 'Ciertos chicos', busco plasmar eso: el contraste entre la opresión y el deseo de ser libres, de amar, de encontrar nuestro lugar en el mundo”, añadió.
La novela, que combina elementos autobiográficos con ficción, promete resonar en las juventudes actuales, que, aunque enfrentan sus propios desafíos, pueden encontrar en la historia de Tomás y Clemente un eco de sus propias luchas. “Es un homenaje a aquellos que se atreven a ser ellos mismos en un mundo que a menudo no les permite hacerlo”, concluyó Fuguet, dejando entrever el profundo significado que revisten tanto los personajes como su desarrollo en el contexto en que viven. A través de su trabajo, Fuguet invita a los lectores a reflexionar sobre la libertad, el amor, y la perseverancia en tiempos difíciles.

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