En Monterrey Nuevo León a finales de la década de 1960 surgió una nueva tribu, apasionados por las cumbias colombianas e influenciados por la tribu de los cholos llegados de Estados Unidos, los Cholombianos o Kolombia se definieron con un nuevo estilo localizados en un estado muy conservador.
Esta subcultura está conformada principalmente por habitantes de las zonas más precarias, pero su movimiento ha trascendido hasta el arte, la música y el cine. Ellos representan una parte de la forma de vida en la frontera con el país vecino a través de su estilo de su propia estética.
Las cumbias colombianas representan la nostalgia y la voz del lamento según los etno músicos, esto es un elemento importante de la identidad de los Cholombianos. Este género musical reproduce las canciones a una baja revolución lo que hace que la voz suene oscura y más pesada.
Junto con su estilo de vestimenta y peinado los miembros de esta tribu urbana se reúnen en los sonideros para bailar con un estilo muy particular que los caracteriza. Hay muchas interpretaciones de este tipo de música pero una de ellas es que las canciones se tratan de hacer más largas para olvidar los problemas que hay ahora.
El rechazo y discriminación por su apariencia y estilo de vida se hicieron presentes durante la popularidad de esta corriente. Existieron estigmas que asociaban su aspecto con bandas delictivas o narcotráfico.
En el contexto de drogas, violencia, delincuencia e incluso falta de educación y pobreza los miembros de Kolombia encontraron una forma de expresar sus emociones y manifestarse a través de la música.
Los cholombianos y su cultura han inspirado a fotógrafos como Amanda Watkins, que el 2014 publicó un libro con imágenes que retrataban esta subcultura, pero también dió origen a la reciente producción de Netflix “Ya no estoy aquí”, dirigida por Fernando Frías.

Jireh Acosta , La Inmersión Digital.