Algunos diputados que integrarán la ASF han lidiado con el organismo fiscalizador en el pasado
La reciente formación de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha sido objeto de atención por el trasfondo de algunos de sus miembros, quienes tienen vínculos previos con el organismo fiscalizador, lo que plantea interrogantes sobre la objetividad y efectividad de su labor. Entre los integrantes destaca el diputado Javier Herrera Borunda del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), cuyo padre, Fidel Herrera Beltrán, fue señalado por la ASF debido a irregularidades durante su gestión como gobernador de Veracruz. Estas incluyen desvíos de fondos federales y la simulación de reintegros de recursos, lo que manchó la reputación de su administración.
La nueva estructura de la Comisión de Vigilancia, ahora dominada por Morena y sus aliados, refleja un cambio en la supervisión de la ASF, un organismo clave encargado de auditar el uso de recursos públicos y detectar posibles actos de corrupción. Además, Ricardo Palmas Rojas, asociado al grupo político de Claudia Sheinbaum, tiene un rol influyente como director de la Unidad de Evaluación y Control de la comisión.
A pesar de no tener un historial personal significativo con la ASF, Herrera Borunda es visto con escepticismo debido al legado de su padre y su vinculación previa al PRI y posteriormente a Unidas en la política local, insinuando que las viejas prácticas de corrupción pueden persistir. La instalación de esta nueva comisión y su composición generan expectativas sobre la lucha contra la corrupción y el manejo transparente de los recursos públicos en un contexto político complejo.
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