Pickles, el perro que encontró la Copa del Mundo enterrada en un jardín

La historia del trofeo Jules Rimet, que se entrega a los campeones de la Copa del Mundo de fútbol, está llena de anécdotas y momentos fascinantes, que van más allá de los eventos deportivos. Uno de los episodios más memorables en la historia de la Jules Rimet ocurrió en el contexto del Mundial de 1966, cuando el trofeo fue robado en Inglaterra, lo que generó un gran revuelo en todo el mundo.
La Copa del Mundo de 1966 se celebró en un momento en que el fútbol estaba en el centro de atención y el robo del trofeo involucró un curioso giro. El 20 de marzo de 1966, mientras se encontraba en exhibición en el Westminster Central Hall en Londres, la Jules Rimet fue sustraída. El robo fue un escándalo, y las autoridades británicas iniciaron una intensa búsqueda del trofeo desaparecido.
La historia tomó un giro inesperado cuando un perro llamado Pickles, propiedad de un hombre llamado David Corbett, encontró el trofeo envuelto en papel de periódico en un jardín. Pickles se convirtió en un héroe nacional y su hallazgo llevó a la recuperación del trofeo, justo antes del inicio del torneo. Como resultado, la Copa del Mundo fue devuelta a su lugar y se realizó el campeonato sin más contratiempos.
El evento dejó una huella en la memoria colectiva del fútbol. Inglaterra continuó su camino en el torneo, coronándose campeona al vencer a Alemania Federal en la final, un partido memorable que se decidió en tiempo extra. La Jules Rimet, sin embargo, fue robada nuevamente en 1983 y, lamentablemente, nunca ha sido recuperada.
Este curioso episodio no solo subraya la importancia del trofeo como símbolo de excelencia deportiva y gloria en el fútbol mundial, sino que también destaca cómo incluso en los eventos más serios, como un Mundial de fútbol, pueden surgir historias peculiares y un toque de humor a través de la gente y sus mascotas.

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