que el paisaje no siempre es evidente a simple vista; a veces es necesario mirar más allá de la superficie. En el caso de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, el "paisaje" se revela a través de su ecosistema único, caracterizado por la lava volcánica que, aunque a primera vista parece árido y estéril, alberga una rica biodiversidad que ha sobrevivido y se ha adaptado a condiciones extremas.
Latini subrayó que el galardón no solo reconoce la belleza estética del lugar, sino también el esfuerzo de conservación y el valor del conocimiento científico que la UNAM promueve. La interacción entre la arquitectura, el arte y la naturaleza en el Espacio Escultórico es un ejemplo de esta sinergia. Este espacio trasciende la idea del arte como simple adorno, convirtiéndose en un testimonio de la relación entre el hombre y su entorno natural.
El Premio Carlo Scarpa, que se otorga a proyectos que destacan por su respeto y sensibilidad hacia el paisaje, a la memoria colectiva y a la cultura del lugar, se convierte así en un homenaje a los esfuerzos de preservación y a la educación ambiental que realizan instituciones como la UNAM. En ese sentido, las actividades programadas del 7 al 12 de octubre buscan no solo celebrar el reconocimiento recibido, sino también fomentar una mayor conciencia sobre la importancia de cuidar y valorar la naturaleza en la Ciudad de México y más allá.