La pobreza de la que pocos hablan donde menstruar es un lujo
En México hablar de la menstruación es un tabú y a pesar de las reformas que se han querido implementar a la higiene femenina hay miles de mujeres y niñas que tienen que vivir esas fechas del mes aisladas y avergonzadas de su propia naturaleza.
Desde pequeñas se nos ha enseñado a guardar nuestros productos de higiene con pena, a no hablar de la menstruación más que con otras mujeres, se nos ha dicho que no debemos de quejarnos menstruar y “el periodo” siempre es la razón de nuestras inconformidades.
Los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 4 de cada 10 mujeres viven en situación de pobreza, el 33% vive sin escusado y el 10% no cuenta con sanitario exclusivo.
El deficiente acceso al agua y a los productos de higiene y protección para la menstruación hace que la menstruación no sea un proceso natural del cuerpo y se vuelva un martirio y además puede contribuir de manera negativa a su salud.
Una mujer necesita 360 toallas o tampones en un año, cada unidad cuenta aproximadamente $2.00, estaríamos hablando de 26 mil 400 pesos al año, este cálculo es solo suponiendo que haya una sola mujer en la familia.
El problema no solo es económico, también repercute en la educación y desarrollo profesional de las mujeres. La solución para no mancharse cuando están en su periodo es faltar a la escuela. La copa menstrual y los artefactos reutilizables son una gran alternativa para que las mujeres y niñas no tengan que hacer un gasto constante, además de sus muchos otros beneficios, pero recordemos que estos son una inversión y que al principio puede considerarse un gasto fuerte ellas.
La naturaleza femenina no es un lujo, tampoco es algo que las mujeres pidan. La menstruación es algo natural, y se tiene que buscar una solución para las mujeres de escasos recursos puedan seguir preparándose a pesar de su periodo.
Jireh Acosta , La Inmersión Digital.
Desde pequeñas se nos ha enseñado a guardar nuestros productos de higiene con pena, a no hablar de la menstruación más que con otras mujeres, se nos ha dicho que no debemos de quejarnos menstruar y “el periodo” siempre es la razón de nuestras inconformidades.
Los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 4 de cada 10 mujeres viven en situación de pobreza, el 33% vive sin escusado y el 10% no cuenta con sanitario exclusivo.
El deficiente acceso al agua y a los productos de higiene y protección para la menstruación hace que la menstruación no sea un proceso natural del cuerpo y se vuelva un martirio y además puede contribuir de manera negativa a su salud.
Una mujer necesita 360 toallas o tampones en un año, cada unidad cuenta aproximadamente $2.00, estaríamos hablando de 26 mil 400 pesos al año, este cálculo es solo suponiendo que haya una sola mujer en la familia.
El problema no solo es económico, también repercute en la educación y desarrollo profesional de las mujeres. La solución para no mancharse cuando están en su periodo es faltar a la escuela. La copa menstrual y los artefactos reutilizables son una gran alternativa para que las mujeres y niñas no tengan que hacer un gasto constante, además de sus muchos otros beneficios, pero recordemos que estos son una inversión y que al principio puede considerarse un gasto fuerte ellas.
La naturaleza femenina no es un lujo, tampoco es algo que las mujeres pidan. La menstruación es algo natural, y se tiene que buscar una solución para las mujeres de escasos recursos puedan seguir preparándose a pesar de su periodo.
Jireh Acosta , La Inmersión Digital.
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