La situación de las familias Alvarado, cuya desaparición forzada fue sentenciada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, refleja la grave crisis de derechos humanos en México, especialmente en lo que respecta a la violencia y la impunidad. A pesar de la condena y las recomendaciones de la Corte, los familiares de nuevas víctimas siguen enfrentando una falta de acción por parte del Estado. Durante la última audiencia pública, los representantes del gobierno de la Ciudad de México fueron cuestionados por su incapacidad para avanzar en la investigación y búsqueda de las personas desaparecidas, así como en la reparación del daño a sus seres queridos.
María de Jesús Alvarado, quien ha luchado incansablemente por justicia, destacó la angustia de muchas familias que, como la suya, no han recibido el apoyo necesario del gobierno a lo largo de los años. La repetida falta de atención a sus necesidades básicas, como vivienda digna, así como asistencia médica y psicológica, subraya la fragilidad de su situación.
El testimonio de María de Jesús y otros miembros de la familia representa no solo su dolor personal, sino también el sufrimiento colectivo de muchas familias que buscan respuestas y el cumplimiento de la justicia. En su intervención, se hizo un llamado a la Corte para que continúe apoyando la búsqueda de justicia y el cumplimiento de las resoluciones, enfatizando que no están pidiendo más de lo que ya se ha ordenado.
La situación de las familias de desaparecidos en México es una clara señal de la falta de compromiso del Estado para hacer frente a este problema, y a la vez, un recordatorio de la necesidad de justicia y reparación para todas las víctimas de graves violaciones de derechos humanos.