Culiacán, entre la guerra narca y cursos para esquivar balas
La situación en Culiacán, Sinaloa, es alarmante debido a la constante violencia generada por la lucha entre facciones del Cártel de Sinaloa. La reciente batalla entre Los Chapitos y Los Mayitos ha dejado a la ciudad marcada por la tragedia, con un elevado número de muertes y un ambiente de temor. Juan Carlos Sánchez Palacios, un joven de 34 años, es solo una de las 141 víctimas reportadas hasta el 30 de septiembre, donde la confusión entre las fuerzas de seguridad (Ejército y Guardia Nacional) también agrava la situación.
Los residentes de la unidad habitacional Depas Clamont, como Waldina, viven en la incertidumbre, y muchos se ven obligados a evacuar y trasladar sus pertenencias en medio de esta crisis. El impacto del enfrentamiento no solo afecta las vidas de los fallecidos y sus familias, sino que también provoca una renuencia generalizada por parte de los padres a enviar a sus hijos a la escuela, a pesar de los esfuerzos del gobierno por reanudar las clases.
El enfrentamiento, que comenzó en Tierra Blanca y se extendió hacia áreas más exclusivas de Culiacán, ha generado un clima de desconfianza y miedo en la población. Este estado de cosas pone de relieve la difícil situación en la que viven muchas comunidades en México, atrapadas en medio de la violencia del narcotráfico y la respuesta del estado.
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