La situación presentada en Chilpancingo, Guerrero, refleja un profundo dolor y una lucha continua por la verdad y la justicia por parte de las familias de las víctimas de la guerra sucia. El informe final del Mecanismo de Esclarecimiento Histórico (MEH) parece ser un hito significativo al resaltar el terrorismo de Estado que se ejerció en México entre 1965 y 1990, así como la necesidad de reconocer y abordar estos crímenes en el contexto actual.
Norma Mesino, como representante de una familia con un historial de persecución y sufrimiento, subraya cómo el pasado sigue impactando a las generaciones presentes. Su testimonio resalta no solo la historia de violencia y represión que enfrentaron, sino también el temor persistente y la resistencia de quienes siguen buscando justicia. La conexión que establece entre el pasado y el presente, al señalar al crimen organizado como el nuevo brazo armado del Estado, pone de relieve una continuidad en la violencia y el abuso de poder.
La exigencia de verdad y justicia, incluso a costa de sus propias vidas, resuena como un fuerte llamado a la conciencia social y a la responsabilidad del Estado para abordar los crímenes del pasado y del presente. La valentía de estos testimonios y la referencia a la labor de organizaciones como Amnistía Internacional son cruciales para mantener viva la memoria de las víctimas y presionar por un cambio en el contexto de derechos humanos en México. La lucha por la justicia es una parte esencial de la sanación y la reconciliación en el país.