Nissan ha decidido reducir la producción en sus fábricas de Estados Unidos y ofrecer indemnizaciones a los trabajadores como parte de su estrategia para recuperar la rentabilidad tras registrar pérdidas trimestrales. Esta medida es parte de un plan más amplio que incluye la reducción de 9,000 empleos a nivel global, que afecta también a China.
En la planta de Nissan en Smyrna, Tennessee, en la que se producen modelos como el Murano, Pathfinder, Rogue e Infiniti QX60, una de las líneas de producción mantendrá dos turnos, mientras que la otra se consolidará en uno solo. En la planta de Canton, Mississippi, donde se fabrican el sedán Altima y la camioneta Frontier, la velocidad de una línea se reducirá y la otra se consolidará. Finalmente, en la planta de Decherd, Tennessee, que produce motores, los ajustes de turnos se realizarán de manera gradual.
A pesar de los recortes, Nissan no detalló en su anuncio de noviembre dónde se llevarían a cabo estos ajustes. La situación responde a la caída en las ventas y el aumento del inventario que ha enfrentado la compañía en los últimos tiempos.