En la reciente elección para la LXIX legislatura del Congreso de Chiapas, el partido Morena y sus aliados lograron una notable victoria al obtener 35 de los 40 escaños disponibles, dejando a la oposición con solo cinco curules: tres para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), una para el Partido Acción Nacional (PAN) y una más para Movimiento Ciudadano.
El Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) anunció el reparto de las diputaciones de representación proporcional, en el que Morena se destacó al conseguir 14 lugares, seguido por el Verde Ecologista de México con nueve, y el Partido del Trabajo que logró seis. También se asignaron escaños a otros partidos como Chiapas Unidos, Redes Sociales Progresistas, Encuentro Social y Mover a Chiapas.
Sin embargo, la asignación de una de las diputaciones ha generado una controversia significativa. María Teresa Campos Flores, quien había sido nombrada para representar a la comunidad LGBTTIQ+ en el congreso, fue reemplazada por Sahara Munira José Flores. Este cambio ha provocado críticas de activistas y defensores de derechos humanos, quienes denunciaron que esta situación representa una violación de las normativas electorales. Héctor Estrada Avelar, un activista, acusó al IEPC de permitir la usurpación de cuotas de representación, sugiriendo que Sahara Munira no reúne las condiciones que la ubicarían dentro de la cuota para la diversidad sexual, dado su vínculo familiar con un político del partido Encuentro Solidario, que se opone a los derechos de la comunidad LGBTTIQ+.
Esta controversia ha puesto de relieve las prácticas denunciadas de simulación en el uso de cuotas legislativas, lo que ha generado un fuerte rechazo y una crítica hacia la legitimidad de dicha decisión y la transparencia del proceso electoral en Chiapas.