La pandemia se ceba con la economía mexicana.
Como era de esperar la paralización de la actividad económica por la pandemia ha dejado al igual que en otras muchas economías un escenario desolador para México. Un escenario que se recoge en los indicadores macroeconómicos los cuales haciendo referencia al segundo trimestre muestran el impacto recogido de los daños derivados de una situación como la que nos acontecía. En este sentido un escenario que como digo muestra una contracción sin precedentes en la historia del país situando a México junto a otras economías como la española a la cabeza del ranking debido a la magnitud de dicha contracción así como el deterioro de la economía.
A priori la estimación y el dato que conocíamos situaba el nivel de la contracción en el 189%. Sin embargo tras haber revisado el INEGI las cifras el pasado miércoles el dato sufrió un pequeño reajuste que lo situó en el 187%; una caída que debido a su magnitud sitúa al país azteca únicamente por detrás de Reino Unido entre los países miembros de la OCDE. Sin embargo al margen de lo ocurrido hablamos de un reajuste que por dimensionado que sea no ha sido capaz de ocultar el batacazo de la economía mexicana durante este segundo trimestre del año. Todo ello debido a que desde el año 1995 dicha economía no ha experimentado una caída similar a la que hoy recogemos. Y pese a ello hablamos de un precedente que habiendo registrado los daños provocados por la crisis que se estaba dando durante ese año provocó una contracción que en el peor de los casos llegó a registrar descensos en el indicador de hasta el 9%; como vemos muy lejos de lo ocurrido ahora.
Como vemos el deterioro que ha sufrido la economía mexicana es bastante acusado. Además la contracción que hoy vive el PIB mexicano queda reflejado en otras variables que debido al funcionamiento de la economía sufren un deterioro de igual magnitud que la contracción experimentada; y es que como si de una clase de economía básica se tratara debemos de ser conscientes que la caída del PIB no es más que un registro del deterioro de otras variables que quedan agregadas en su composición. En este sentido variables como el empleo o la propia actividad de las empresas que han acusado ese deterioro de la misma forma que por otro lado lo acusa el nivel de PIB. Y es que cabe destacar estamos ante un escenario muy preocupante puesto que estamos ante la quinta contracción trimestral consecutiva del PIB mexicano por lo que hablamos de un deterioro que ya venía acusándose desde el estancamiento que vivió la economía mexicana a cierre del ejercicio 2019.
Así en relación a las cifras que ofrecía y sin tener en cuenta algunos factores como la economía informal el Instituto Mexicano del Seguro Social IMSS en México debido a la paralización de la actividad económica y pese a que el 1 de junio el presidente AMLO dio inicio a la nueva normalidad el país ha registrado una pérdida de empleos que el organismo cifra en el millón de empleos. Y es que aunque antes lo hemos citado superficialmente no debemos olvidar que en primer lugar hablamos de una pérdida muy considerable de empleos; teniendo en cuenta que hablamos de una economía que ya venía acusando un deterioro en el mercado de trabajo durante el año pasado. Así como en adición el hecho de que México de acuerdo con los datos que presenta el INEGI cuenta con un 51% de la población en edad de trabajar en situación de informalidad económica; lo que de computar la pérdida en el empleo informal hablaríamos de un dato aún más desolador.
En este contexto estamos ante una pérdida de empleos que viene impulsada por un claro deterioro como decíamos en la actividad económica y que como recogen los indicadores ya acusan los sectores productivos en el país. En este sentido si lo desglosamos por actividades hablaríamos de un deterioro de las actividades primarias agricultura ganadería etc del 0.2 por ciento de abril a junio en contraste con el mismo periodo del año anterior; por otro lado las secundarias industria descendieron en hasta un 25.7 por ciento; mientras que por último las terciarias servicios sufrieron un descenso del 16.2 por ciento. Como vemos y salvaguardando esa mayor contención del sector primario un deterioro prácticamente generalizado de todos los sectores que abarca la economía mexicana.
Todo esto en conclusión deja a la economía mexicana en un escenario muy complicado; a la vez que atendiendo a los pronósticos que ofrece el Banco de México sobre la contracción prevista al cierre del año hablamos de un deterioro que prevé no remontar a lo largo del año. En este sentido el banco central ha emitido un informe en el que de seguir en esta situación y no mostrar la economía signos de recuperación se recoge una posible contracción a cierre de año de hasta el 13%; una caída que de darse se situaría como la mayor contracción del PIB registrada desde el año 1932. Una situación que refleja ese punto de inflexión de la economía mexicana así como la necesidad de hacer remontar una economía que con el avance de la pandemia va directa como decíamos hacia el mayor colapso de su historia.
Fuente: Forbes México
A priori la estimación y el dato que conocíamos situaba el nivel de la contracción en el 189%. Sin embargo tras haber revisado el INEGI las cifras el pasado miércoles el dato sufrió un pequeño reajuste que lo situó en el 187%; una caída que debido a su magnitud sitúa al país azteca únicamente por detrás de Reino Unido entre los países miembros de la OCDE. Sin embargo al margen de lo ocurrido hablamos de un reajuste que por dimensionado que sea no ha sido capaz de ocultar el batacazo de la economía mexicana durante este segundo trimestre del año. Todo ello debido a que desde el año 1995 dicha economía no ha experimentado una caída similar a la que hoy recogemos. Y pese a ello hablamos de un precedente que habiendo registrado los daños provocados por la crisis que se estaba dando durante ese año provocó una contracción que en el peor de los casos llegó a registrar descensos en el indicador de hasta el 9%; como vemos muy lejos de lo ocurrido ahora.
Como vemos el deterioro que ha sufrido la economía mexicana es bastante acusado. Además la contracción que hoy vive el PIB mexicano queda reflejado en otras variables que debido al funcionamiento de la economía sufren un deterioro de igual magnitud que la contracción experimentada; y es que como si de una clase de economía básica se tratara debemos de ser conscientes que la caída del PIB no es más que un registro del deterioro de otras variables que quedan agregadas en su composición. En este sentido variables como el empleo o la propia actividad de las empresas que han acusado ese deterioro de la misma forma que por otro lado lo acusa el nivel de PIB. Y es que cabe destacar estamos ante un escenario muy preocupante puesto que estamos ante la quinta contracción trimestral consecutiva del PIB mexicano por lo que hablamos de un deterioro que ya venía acusándose desde el estancamiento que vivió la economía mexicana a cierre del ejercicio 2019.
Así en relación a las cifras que ofrecía y sin tener en cuenta algunos factores como la economía informal el Instituto Mexicano del Seguro Social IMSS en México debido a la paralización de la actividad económica y pese a que el 1 de junio el presidente AMLO dio inicio a la nueva normalidad el país ha registrado una pérdida de empleos que el organismo cifra en el millón de empleos. Y es que aunque antes lo hemos citado superficialmente no debemos olvidar que en primer lugar hablamos de una pérdida muy considerable de empleos; teniendo en cuenta que hablamos de una economía que ya venía acusando un deterioro en el mercado de trabajo durante el año pasado. Así como en adición el hecho de que México de acuerdo con los datos que presenta el INEGI cuenta con un 51% de la población en edad de trabajar en situación de informalidad económica; lo que de computar la pérdida en el empleo informal hablaríamos de un dato aún más desolador.
En este contexto estamos ante una pérdida de empleos que viene impulsada por un claro deterioro como decíamos en la actividad económica y que como recogen los indicadores ya acusan los sectores productivos en el país. En este sentido si lo desglosamos por actividades hablaríamos de un deterioro de las actividades primarias agricultura ganadería etc del 0.2 por ciento de abril a junio en contraste con el mismo periodo del año anterior; por otro lado las secundarias industria descendieron en hasta un 25.7 por ciento; mientras que por último las terciarias servicios sufrieron un descenso del 16.2 por ciento. Como vemos y salvaguardando esa mayor contención del sector primario un deterioro prácticamente generalizado de todos los sectores que abarca la economía mexicana.
Todo esto en conclusión deja a la economía mexicana en un escenario muy complicado; a la vez que atendiendo a los pronósticos que ofrece el Banco de México sobre la contracción prevista al cierre del año hablamos de un deterioro que prevé no remontar a lo largo del año. En este sentido el banco central ha emitido un informe en el que de seguir en esta situación y no mostrar la economía signos de recuperación se recoge una posible contracción a cierre de año de hasta el 13%; una caída que de darse se situaría como la mayor contracción del PIB registrada desde el año 1932. Una situación que refleja ese punto de inflexión de la economía mexicana así como la necesidad de hacer remontar una economía que con el avance de la pandemia va directa como decíamos hacia el mayor colapso de su historia.
Fuente: Forbes México
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