La desaparición de Sandra Domínguez Martínez, defensora de Derechos Humanos, ha dejado a su familia y a muchas organizaciones en un estado de angustia e indignación, especialmente a 33 días de que se reportara su ausencia. Ante la inacción de las autoridades estatales, sus familiares, liderados por su hermana Kisha Domínguez, han decidido levantar un plantón indefinido frente a Palacio de Gobierno en Oaxaca, reclamando su presentación con vida.
El gobernador Salomón Jara inicialmente había prometido a la familia que Sandra sería devuelta viva, pero esta promesa no se ha cumplido, lo que ha llevado a un creciente sentido de frustración y desconfianza en las acciones del gobierno. Yésica Sánchez Maya, del Consorcio Oaxaca, criticó la falta de eficacia en la búsqueda de Sandra, lamentando que, a pesar de contar con recursos y organización adecuados, las autoridades no han mostrado la voluntad necesaria para encontrarla.
A esta situación se le suma el hecho de que los familiares y abogados de Sandra han estado sufriendo vigilancia y posibles actos de intimidación, lo que agrava la situación y el contexto de riesgo que enfrentan quienes defienden los derechos humanos en la región. El alarmante número de desaparecidas y feminicidios en el estado de Oaxaca, bajo el gobierno actual, subraya la gravedad del clima de violencia y la urgencia de una respuesta efectiva de las autoridades en la resolución de este caso y la protección de los derechos humanos en general.
La movilización de la familia y de las colectivas refleja una clara denuncia contra la impunidad y un llamado a la acción estatal frente a la crisis de desapariciones y violencia de género que afecta a tantas mujeres en el país.