En Chiapas, la grave problemática de las desapariciones forzadas ha cobrado relevancia en los últimos años, afectando a aproximadamente mil personas en un contexto de creciente violencia vinculada a disputas territoriales entre grupos delictivos. Durante el Día Internacional de Víctimas de Desaparición Forzada, numerosos colectivos y familiares convocaron manifestaciones en Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas para exigir la búsqueda de sus seres queridos.
El Grupo de Trabajo contra la Desaparición en Chiapas, junto con varias organizaciones de derechos humanos, ha denunciado que el aumento de la violencia ha generado no solo desapariciones, sino también desplazamientos forzados y un clima de temor entre la población. A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades estatales y federales han minimizado el problema, lo cual ha llevado a que muchos se vean obligados a migrar en busca de seguridad.
Las organizaciones subrayan que las desapariciones están interrelacionadas con factores como la pobreza y la falta de acceso a la justicia, y que la violencia no solo afecta a quienes viven en Chiapas, sino que también pone en riesgo a las personas migrantes que transitan por México. La situación ha sido descrita como una expresión de violencia estructural, que incluye la trata de personas y el reclutamiento forzado, además de ser un fenómeno que afecta de manera desproporcionada a mujeres y defensores de derechos humanos. Las familias, a pesar del desamparo y la falta de respuesta efectiva por parte del estado, continúan en su lucha por encontrar a sus desaparecidos.