Gana Jorge Romero la dirigencia del PAN; Adriana Dávila denuncia corrupción e ilegitimidad

Dávila acusó a Romero Herrera y a su grupo de perpetuar prácticas caciquiles que han debilitado la estructura del PAN y alejado a la militancia de la toma de decisiones. Afirmó que los "padroneros", su red de operadores para controlar el registro de militantes, representa una forma de manipulación que perjudica la democracia interna del partido.
Por su parte, Jorge Romero Herrera ha defendido su candidatura y los procesos internos seguros, argumentando que su victoria refleja el apoyo genuino de la base panista. En sus declaraciones, se comprometió a trabajar por la unidad del partido y a enfrentar los retos que lo espera en el futuro, incluyendo la preparación para las próximas elecciones.
Sin embargo, el conflicto que ha surgido a raíz de esta elección sugiere una división profunda en el PAN, con voces disidentes que critican la forma en que se han llevado a cabo los procedimientos internos y cuestionan la transparencia en el manejo de los padrones. Dávila, en repetidas ocasiones, ha hecho hincapié en la necesidad de reformar el partido y devolverle su identidad a los militantes, alejándolo de las prácticas que, a su juicio, han prevalecido en los últimos años.
Mientras tanto, la atención se centra ahora en los siguientes pasos que tomará Romero Herrera como nuevo dirigente nacional, así como en las posibles respuestas del grupo opositor liderado por Dávila, que podrían incluir movimientos estratégicos o alianzas para contrarrestar la influencia de su adversario.
El futuro del PAN en el contexto político mexicano está en un punto crítico, y el resultado de esta elección interna podría influir en el rumbo del partido en los años venideros.

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