El incidente que vivió el diputado Gerardo Fernández Noroña en el evento del Teatro Metropólitan, tras la elección de Claudia Sheinbaum, ha sido un momento que ha llamado la atención de los medios y del público. A pesar de ser aliados en la Cuarta Transformación, la interacción entre Sheinbaum y Noroña fue tensa y se notó un desbalance en el saludo comparado con el que recibió Marcelo Ebrard y Adán Augusto López.
La presidenta electa, al acercarse a saludar a los invitados, brindó un caluroso saludo a Ebrard y a Karen Castrejón, pero cuando llegó el turno de Noroña, el saludo fue más frío; él estiró la mano esperando una cercanía que no se concretó con un beso, algo que era evidente se esperaba después de la cercanía mostrada con otros funcionarios. Aunque Sheinbaum se percató y regresó a Noroña para un saludo adicional, este solo consistió en un apretón de manos.
Este episodio es significativo no solo por lo que representa en términos de relaciones políticas, sino también por la postura de Noroña de no referirse a Sheinbaum como "presidenta", lo que ha elevado las tensiones dentro de su partido, Morena, y refleja su desacuerdo con el reconocimiento formal del liderazgo de Sheinbaum. Su negativa a utilizar el título de presidenta ha sido reiterada en otras ocasiones, causando un roce en sus interacciones con otros miembros del partido y resaltando las divisiones y dinámicas internas en Morena.