El texto describe la develación del retrato presidencial de Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, un evento que marca su salida del cargo tras seis años de gobierno. Al igual que sus predecesores, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, su imagen será inmortalizada en la Galería de los Presidentes. López Obrador solicitó que su retrato fuera diferente, situándolo en un balcón con vista al Zócalo de la Ciudad de México, reflejando su conexión con la gente y su historia personal con esta emblemática plaza.
Durante la ceremonia, López Obrador hizo hincapié en su percepción de la democracia, argumentando que ahora existe una mayor participación del pueblo en la vida política del país. Se refirió a los cambios que su administración habría promovido y a la necesidad de una mayor conciencia e información entre la ciudadanía, que considera fundamental para el futuro del país.
El retrato, pintado en óleo sobre lino y con varios detalles simbólicos, representa no solo su figura sino también su legado y aspiraciones, a pesar de que durante su mandato no se llevaron a cabo las promesas de juicio a los presidentes anteriores por corrupción. La ceremonia concluyó con un diálogo con los medios de comunicación presentes, a quienes reconoció por su asistencia constante a las conferencias matutinas.