“Viridiana”, protagonizada por Silvia Pinal, fue censurada y estrenada entre la polémica

Luis Buñuel, uno de los cineastas más icónicos del mundo, dejó una huella indeleble en el cine mexicano con sus tres últimas obras producidas en el país: “Viridiana”, “El ángel exterminador” y “Simón del desierto”, todas las cuales contaron con la participación de la talentosa actriz Silvia Pinal, quien falleció recientemente a los 93 años.
“Viridiana”, estrenada en 1961, fue el primer proyecto de esta colaboración. Aunque sucedió en un contexto de gran tensión política, ya que Franco aún estaba en el poder en España, la película se basó en una novela de Benito Pérez Galdós y exploró temas de moralidad y la crítica social a través de la historia de una novicia que se enfrenta a la ambigüedad de su relación con su tío. El filme fue bien recibido en el Festival de Cannes, donde ganó la Palma de Oro, aunque también generó controversia y provocó su censura en varios países, incluido España, donde el régimen de Franco demandó la destrucción de copias.
La relación entre Silvia Pinal y Luis Buñuel fue clave para llevar a cabo este proyecto y su éxito; la actriz, consciente de la importancia de la obra, arriesgó su seguridad al contrabandear copias de “Viridiana” en su abrigo para su proyección en México, asegurando así la preservación de la película ante la represión del régimen español.
Las otras dos películas, “El ángel exterminador” y “Simón del desierto”, continuaron con esta tendencia de Buñuel de desafiar los límites del cine convencional y de la moralidad en sus tramas. En “El ángel exterminador”, se presenta una trama surrealista en la que un grupo de aristócratas queda atrapado en una elegante casa sin poder salir, mientras que “Simón del desierto” narra la historia de un monje del desierto que se convierte en un símbolo de resistencia y fe.
Estas obras no solo marcaron el despunte de Buñuel en el cine mexicano, sino que también consolidaron el papel de Silvia Pinal como una de las actrices más importantes de su época, destacándose por su capacidad para interpretar personajes complejos y desafiantes. La conexión entre la artista y el cineasta reflejó una época dorada del cine en México y dejó un legado que sigue influyendo a generaciones posteriores.

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