La victoria de los Dodgers de Los Ángeles sobre los Yankees de Nueva York en el primer juego de la Serie Mundial fue un evento emocionante que atrajo la atención de muchos aficionados al béisbol. Con una audiencia promedio de 15,2 millones de espectadores, este partido no solo destacó por la acción en el campo, culminando en un grand slam de Freddie Freeman, sino también por ser el juego de la Serie Mundial más visto en los últimos cinco años.
Este notable interés en el juego resalta el deseo de los fanáticos por eventos deportivos significativos y emocionantes. El comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, comentó sobre el impacto positivo que tiene un juego de esta magnitud en la promoción del béisbol, señalando que es una gran oportunidad para llevar el deporte a un público más amplio y para resaltar a los jugadores.
Además, el juego logró una audiencia máxima de 17,8 millones durante la intensa décima entrada, lo que demuestra que el interés se mantuvo alto hasta el final. Este nivel de ratings es un indicativo del potencial que tiene el béisbol para atraer a las audiencias y generar entusiasmo alrededor del deporte, alentando iniciativas para expandir su atractivo a nivel nacional e internacional.