La situación en el Sindicato Nacional de trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex) se tornó violenta cuando un grupo de presuntos trabajadores, liderados por Rubén Choreño Morales, intentó tomar por la fuerza el control de la organización. Este incidente ocurrió en las instalaciones del sindicato en la colonia Guerrero, en la Ciudad de México, y estuvo marcado por actos de vandalismo, como la ruptura de vidrios y el uso de una camioneta para derribar las puertas.
Choreño Morales afirmó haber sido electo en una asamblea extraordinaria para ocupar la dirigencia del Comité Ejecutivo del sindicato, lo que sus seguidores intentaron hacer valer mediante esta acción. Sin embargo, su entrada violenta desató enfrentamientos con otros presentes en el sindicato, lo que llevó a la intervención de los servicios de emergencia, incluida la llegada de ambulancias y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Este evento refleja las tensiones internas dentro del sindicato, relacionadas con la disputa por el liderazgo, un tema sensible entre los trabajadores de Pemex.