El descubrimiento del túnel clandestino que conectaba Ciudad Juárez con El Paso, Texas, expone un grave problema relacionado con el tráfico de personas y drogas en la frontera entre México y Estados Unidos. Este túnel, que se encontraba en la red de drenaje pluvial, estaba equipado con iluminación, ventilación y refuerzos de madera, lo que indica una planificación cuidadosa y un interés económico significativo en su uso.
Los traficantes de personas han estado utilizando redes sociales para publicitar su servicio, ofreciendo a los migrantes un "cruce seguro" hacia Estados Unidos. Los anuncios incluían testimonios de migrantes que ya habían cruzado, agradeciendo a los traficantes y afirmando haber llegado a salvo. El costo de este cruce oscilaba entre 5,000 y 6,000 dólares, y se prometía que el trayecto duraba solo 20 minutos, lo cual resulta atractivo para quienes buscan llegar al norte en busca de mejores oportunidades.
El hallazgo del túnel es el resultado de una colaboración entre varias autoridades mexicanas, como la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional y otras entidades, lo que demuestra la grave preocupación del gobierno ante estas prácticas ilegales. Además, se encontraron objetos como ropa, linternas y equipamiento que sugieren que el túnel se utilizaba frecuentemente, lo que destaca la magnitud del problema del tráfico de personas en la región.
Este incidente refuerza la necesidad de abordar de manera integral y eficaz las dinámicas migratorias y los delitos asociados en la frontera, así como de proporcionar alternativas seguras y legales para los migrantes.