La situación en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) según lo expuesto refleja serias preocupaciones sobre la administración de Rosario Piedra. Los trabajadores y extrabajadores han alzado su voz para denunciar prácticas de mediocridad y simulación dentro de la institución, lo que ha llevado a despidos y una gestión deficiente de los recursos.
Con un presupuesto anual de más de mil 798 millones de pesos, se menciona que un 81% de este monto se destina a servicios personales. Los denunciantes alegan que existe una simulación en los capítulos destinados a adquisiciones y servicios externos, donde se presuponen desvíos de recursos significativos, incluyendo pagos a empresas fantasmas que han ido en aumento.
Las acusaciones apuntan a complicidades dentro de la administración, como la contadora Olivia Rojo, quien, según se señala, actúa en consonancia con el Oficial Mayor Francisco Estrada para reprimir a quienes cuestionan o denuncian las irregularidades.
Estas denuncias indican un clima de amiguismo, negligencia y corrupción, socavando la credibilidad de un organismo que debería ser un bastión de defensa para las víctimas de violaciones a derechos humanos. La falta de compromiso y la ausencia de liderazgo por parte de la actual administración han dejado a la CNDH vulnerable ante manipulaciones y decisiones en pro de intereses personales, lo que resulta alarmante para los defensores de los derechos humanos en México.