La noticia indica que Petróleos Mexicanos (Pemex) ahora pagará únicamente el "Derecho Petrolero para el Bienestar", que representa el 30% de lo que genera la empresa, asociado directamente a su producción. Esto es un cambio significativo respecto a cómo operaba históricamente, ya que Pemex solía enfrentar múltiples cargas fiscales que le restaban gran parte de sus ingresos a favor del Estado.
Según la presidenta Claudia Sheinbaum, el nuevo esquema simplifica el pago de derechos e impuestos, eliminando diversas contribuciones como el ISR, IVA, y otros derechos complicados asociados a la exploración y extracción de hidrocarburos. En el pasado, Pemex llegó a pagar hasta el 70% en derechos, lo que limitaba su capacidad de operación y reinversión. Ahora, al pagar un único derecho, se espera que Pemex pueda capitalizarse más efectivamente y destinar sus ingresos a funciones esenciales como la producción de petróleo, refinación y petroquímica.
Este nuevo enfoque se enmarca en un plan de austeridad republicana, con la finalidad de utilizar los recursos generados para el bienestar de la población mexicana. Sheinbaum enfatiza que este modelo es más transparente y busca dar a Pemex un manejo más parecido al de una empresa productiva estatal, sin las cargas fiscales que debilitaron su capacidad financiera en el pasado. La reforma constitucional que lo respalda es clave en este cambio de paradigma operativo.