La tragedia ocurrió el 1 de enero en la laguna de Palo Gordo, en Metepec, Hidalgo, donde cuatro personas perdieron la vida ahogadas tras el hundimiento de una lancha. El incidente se desencadenó mientras los cinco tripulantes estaban pescando en la presa, una actividad común en la región de la sierra Otomí-Tepehua, que alberga una población predominantemente semirrural.
Después de que la lancha se hundió, uno de los ocupantes logró sobrevivir y alcanzó la orilla, donde pidió ayuda a comuneros que lo ayudaron a salir del lugar. Este sobreviviente fue clave para alertar a las autoridades sobre la situación de sus compañeros, quienes habían quedado sumergidos en el agua.
Las labores de rescate fueron iniciadas rápidamente por elementos de Protección Civil del estado y de municipios cercanos, como Tulancingo y Santiago Tulantepec. A lo largo del operativo, se recuperaron dos de los cuerpos durante la noche del mismo día, confirmando que ambos presentaban signos de ahogamiento.
Este trágico evento destaca los riesgos asociados con actividades recreativas en cuerpos de agua y subraya la importancia de la seguridad en estas situaciones.