Rosa Icela Rodríguez, la mano invisible de la seguridad

Rosa Icela Rodríguez no es ninguna novata en la seguridad, detrás de los protagonistas de la gestión en la Ciudad de México coordinó el gabinete de seguridad durante el gobierno de Marcelo Ebrard y también es una vieja conocida del Presidente que hoy la coloca en una de las misiones más urgentes para el país, pues coincidió con él desde el llamado éxodo por la democracia desde Tabasco.
Originaria de Xilitla, San Luis Potosí, Rosa Icela Rodríguez Velázquez llegó a la Ciudad de México para graduarse como licenciada en periodismo por la escuela “Carlos Septién García” y se formó como reportera en Televisa Radio, El Universal, La Afición y La Jornada. Ahí cubrió los dos éxodos que en 1989, Andrés Manuel López Obrador realizó de Tabasco a la capital del país y también conoció a la hoy esposa del ahora Presidente, Beatriz Gutiérrez Muller y selló desde entonces una gran amistad con ella, quien también en esa época incursionaba en el periodismo.
Rosa, como le gusta que le llamen, se adentró en el círculo familiar de López Obrador luego de haber sido electa por unanimidad como coordinadora de Comunicación Social de la entonces Asamblea de Representantes del Distrito Federal, de 1997 a 2000. En 2000, el entonces Distrito Federal al vivir la alternancia del PRI al PRD enfrentaba en el año una dura crisis de seguridad a la que tuvo que hacer frente López Obrador y logró la reducción del 30 por ciento de la incidencia delictiva.
Esa intervención silenciosa estuvo en manos de Rosa Icela Rodríguez Velázquez, a quien López Obrador llamó directamente para ser la coordinadora general del Gabinete de Gobierno y Seguridad Pública en la Jefatura de Gobierno de 2006 al 2009, enseguida se desempeñó como directora general de Concertación Política y Atención Social y Ciudadana en la Secretaría de Gobierno del año 2000 al 2006, donde su primer contacto fue con Francisco Garduño, entonces segundo abordo del gobierno del Distrito Federal y ahora director del Instituto Nacional de Migración.
El trabajo fino para reducir la incidencia delictiva siguió en el sexenio de Marcelo Ebrard, quien convirtió a la ahora Ciudad de México en un oasis de seguridad cuando en el país se enfrentaba una guerra contra los cárteles del crimen organizado.

Con informacion de: Milenio 2020

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