La reelección de Rosario Piedra al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha suscitado el rechazo de múltiples organizaciones de la sociedad civil, que critican su gestión como ineficaz y sin compromiso real en la defensa de los derechos humanos. A pesar de ser la peor evaluada por los senadores de las comisiones unidas de Justicia y Derechos Humanos, la mayoría del partido Morena impuso su designación en una sesión maratónica en el Senado, que culminó a altas horas de la madrugada.
Durante este proceso, se presentaron protestas pacíficas por parte de activistas y representantes de colectivos, quienes fueron expulsados de las instalaciones del Senado por elementos de seguridad. Estas organizaciones, agrupadas bajo el hashtag #LaCNDHqueQueremos, exigían una presidencia que realmente cumpla con los estándares necesarios para proteger los derechos humanos en el país.
El Observatorio de Designaciones Públicas, conformado por varias organizaciones civiles, calificó la reelección como "indignante", señalando que esta decisión envía un mensaje negativo hacia las víctimas y la agenda de derechos humanos. Asimismo, el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) destacó que se pasaron por alto los estándares internacionales pertinentes, como la recomendación de no reelección de quienes ocupan el cargo de ombudsperson.
Esta controversia en torno a la reelección de Rosario Piedra resalta la crítica situación de la defensa de los derechos humanos en México y las tensiones entre el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil que luchan por una mayor protección y respeto a estos derechos.