Por qué es tan importante una política energética real.
A principios de este año, el Gobierno Federal y los legisladores de Morena iniciaron los cambios legales que su plataforma de campaña sobre energía requería. No es ajeno al conocimiento de todos que, en efecto, Morena y la izquierda en general en nuestro país, defendía la soberanía energética y la pertenencia del sector al Estado Mexicano.
Creo que históricamente, a todos se nos enseñó en la educación básica a querer y sentir como parte de nuestra identidad nacional al petróleo, y no se diga a Lázaro Cárdenas, el Presidente que logró la hazaña en un momento de coyuntura internacional.
Sin embargo, creo que lejos del bonito sentimiento que despierta y une a los mexicanos, no observamos durante años lo que realmente pasaba al interior de Pemex: directivos y sindicatos corruptos, que vivían en una realidad alterna a costa del petróleo que era de todos, pero que no beneficiaba en igual medida a todos. Hay que reconocer que la gran carga fiscal que Pemex tenía que soportar a costa de su desarrollo, fue otra de las causas que impidió su constante modernización e inversión a futuro, la reforma energética de 2013 pretendió reducirla y atraer inversión para que compañías extranjeras vinieran con “todos sus millones y tecnología” a perforar en aguas más profundas y así volver a los tiempos de Cantarell, sin embargo, les comparto que las rondas de inversión, como se les conoció al proceso dé, no contaron con muchos participantes; en efecto hay gasolineras de muchas marcas hoy en día afuera, pero al menos para el proceso de exploración, no les fue tan bien como esperaban.
En cuanto a la carga fiscal de la Paraestatal, en 2008, Pemex contribuía en 45% a los ingresos del país; durante los años que lleva la reforma energética han bajado del 32 al 17%. Este año a mediados de febrero, AMLO la redujo aun más a 11%, a mi parecer, para continuar con la idea del rescate de la Empresa Productiva del Estado, sumándole más ingresos a los 169,502,476 millones que le fueron asignados en el Presupuesto de este año.
Hace unos días observaba un video de un chico defendiendo la idea de la refinería en dos bocas así como el rescate de Pemex, diciendo que por que si el petróleo ya no era rentable, en países como China e Inglaterra el número de refinadoras era enorme, así como sus compras de barriles de petróleo: fácil, porque como la mayoría sabe, hasta en el petróleo hay calidades, y la de la mezcla mexicana no es la Premium; otra condición es que China, economía con números positivos en expansión, tiene una población de 1398 millones y por eso tiene más de 200 refinerías; y en el caso de Inglaterra, prepara su transición energética reconociendo aun su dependencia a los combustibles fósiles, pero entendiendo que en efecto, esto le quitó soberanía energética y lo obligó en múltiples ocasiones a pactar o a limitar su política -intervencionista- exterior para garantizar el suministro de petróleo.
Es cierto que las guerras en Medio Oriente son a causa del petróleo, pero también es cierto que año con año crece el tamaño del agujero de la capa de ozono, que el calentamiento global causa estragos a los ecosistemas, que el agua que utilizan la mayoría de los países para el fracking se contamina y no puede volver a ser utilizada, y mucho menos para consumo humano. En este contexto, con toda la tristeza y responsabilidad que nos puede causar el hundimiento de Pemex, creo que su modernización no es el camino. Vamos, es la izquierda, debería de estar a favor del medio ambiente y de las energías limpias, el modernizar a Pemex llevará años y quizá ni le toque a esta administración el verla andando como románticamente supone que lo hará, pero creo que tampoco ha contemplado el cómo se moverá el mercado energético una vez que las energías limpias sean más rentables y accesibles, así como sus antecesores no contemplaron que la gallina de los huevos de oro se vendría abajo por saquearla.
Creo que históricamente, a todos se nos enseñó en la educación básica a querer y sentir como parte de nuestra identidad nacional al petróleo, y no se diga a Lázaro Cárdenas, el Presidente que logró la hazaña en un momento de coyuntura internacional.
Sin embargo, creo que lejos del bonito sentimiento que despierta y une a los mexicanos, no observamos durante años lo que realmente pasaba al interior de Pemex: directivos y sindicatos corruptos, que vivían en una realidad alterna a costa del petróleo que era de todos, pero que no beneficiaba en igual medida a todos. Hay que reconocer que la gran carga fiscal que Pemex tenía que soportar a costa de su desarrollo, fue otra de las causas que impidió su constante modernización e inversión a futuro, la reforma energética de 2013 pretendió reducirla y atraer inversión para que compañías extranjeras vinieran con “todos sus millones y tecnología” a perforar en aguas más profundas y así volver a los tiempos de Cantarell, sin embargo, les comparto que las rondas de inversión, como se les conoció al proceso dé, no contaron con muchos participantes; en efecto hay gasolineras de muchas marcas hoy en día afuera, pero al menos para el proceso de exploración, no les fue tan bien como esperaban.
En cuanto a la carga fiscal de la Paraestatal, en 2008, Pemex contribuía en 45% a los ingresos del país; durante los años que lleva la reforma energética han bajado del 32 al 17%. Este año a mediados de febrero, AMLO la redujo aun más a 11%, a mi parecer, para continuar con la idea del rescate de la Empresa Productiva del Estado, sumándole más ingresos a los 169,502,476 millones que le fueron asignados en el Presupuesto de este año.
Hace unos días observaba un video de un chico defendiendo la idea de la refinería en dos bocas así como el rescate de Pemex, diciendo que por que si el petróleo ya no era rentable, en países como China e Inglaterra el número de refinadoras era enorme, así como sus compras de barriles de petróleo: fácil, porque como la mayoría sabe, hasta en el petróleo hay calidades, y la de la mezcla mexicana no es la Premium; otra condición es que China, economía con números positivos en expansión, tiene una población de 1398 millones y por eso tiene más de 200 refinerías; y en el caso de Inglaterra, prepara su transición energética reconociendo aun su dependencia a los combustibles fósiles, pero entendiendo que en efecto, esto le quitó soberanía energética y lo obligó en múltiples ocasiones a pactar o a limitar su política -intervencionista- exterior para garantizar el suministro de petróleo.
Es cierto que las guerras en Medio Oriente son a causa del petróleo, pero también es cierto que año con año crece el tamaño del agujero de la capa de ozono, que el calentamiento global causa estragos a los ecosistemas, que el agua que utilizan la mayoría de los países para el fracking se contamina y no puede volver a ser utilizada, y mucho menos para consumo humano. En este contexto, con toda la tristeza y responsabilidad que nos puede causar el hundimiento de Pemex, creo que su modernización no es el camino. Vamos, es la izquierda, debería de estar a favor del medio ambiente y de las energías limpias, el modernizar a Pemex llevará años y quizá ni le toque a esta administración el verla andando como románticamente supone que lo hará, pero creo que tampoco ha contemplado el cómo se moverá el mercado energético una vez que las energías limpias sean más rentables y accesibles, así como sus antecesores no contemplaron que la gallina de los huevos de oro se vendría abajo por saquearla.
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