La presidenta Claudia Sheinbaum, en su primera conferencia mañanera como ejecutiva federal, rindió homenaje a las víctimas del Movimiento Estudiantil de 1968 en México al emitir una disculpa pública y firmar un decreto para que el Estado reconozca los actos de violencia perpetrados ese día. Este evento, que dejó una huella profunda en la historia del país, fue catalogado como un "crimen de lesa humanidad", con responsabilidades directas atribuibles al entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.
En este contexto, Vina Sophia Revueltas, nieta del escritor José Revueltas, manifestó que este reconocimiento es un avance en la búsqueda de justicia para su abuelo, quien fue considerado un activista clave del movimiento y enfrentó cargos graves tras los eventos de 1968. Olivia Revueltas, su madre, había solicitado la indulgencia para José, negando así las acusaciones que lo habían perseguido y luchando por limpiar su nombre.
Vina Sophia expresó que la disculpa de la presidenta representa un avance significativo y un intento por rectificar el pasado, destacando la importancia de reconocer y recuperar la memoria histórica en lugar de ignorarla. Esto podría ser un paso hacia una mayor reconciliación y justicia para quienes sufrieron a manos del gobierno en aquel entonces.