La reciente detención o entrega de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López ha generado confusión y discrepancias en la comunicación entre las autoridades mexicanas y estadounidenses. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Rosa Icela Rodríguez, afirmó que esta operación no involucró un operativo por parte de México ni de Estados Unidos, y no se clarificó si se trató de una detención formal o de una entrega voluntaria.
Por otro lado, desde la Casa Blanca, el presidente Joe Biden celebró el arresto, destacando que fue el resultado de una operación de la DEA y que ambos capos están bajo la custodia de esta agencia y del FBI, sin mencionar la colaboración con el gobierno mexicano, lo que contrasta con las afirmaciones de Rodríguez sobre la cooperación y la comunicación entre ambos países.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, al enterarse del arresto a través del comunicado de la Casa Blanca durante su conferencia de prensa, expresó la necesidad de recibir un informe detallado del gobierno estadounidense. Se mostró especialmente interesado en entender los eventos que llevaron a la detención, incluida la logística de cómo estos individuos se trasladaron en avión y si el gobierno mexicano había sido informado de su salida.
Esta situación resalta la complejidad de la colaboración en materia de seguridad entre México y Estados Unidos, así como las posibles tensiones en la comunicación entre los dos gobiernos sobre operaciones sensibles relacionadas con el narcotráfico.