Las aristas del Cervantino durante el primer piso de la 4T
la directora ha enfatizado la necesidad de cambiar la percepción del festival para que no solo sea visto como un evento de fiesta, sino como un espacio cultural enriquecedor. Con su visión, Aymerich busca que el Festival Internacional Cervantino se convierta en un verdadero referente del arte y la cultura, donde el público pueda disfrutar de una variedad de expresiones artísticas más allá de lo tradicional.
Además, destacó la relevancia de la inclusión y la diversidad en la programación, lo que permitirá atraer a un público más amplio y variado. Aymerich también ha enfatizado la importancia de adaptar los procesos y las maneras de trabajar a las circunstancias actuales, principalmente en un contexto de austeridad que ha impactado a muchas instituciones culturales en el país.
Aun cuando el festival enfrenta desafíos logísticos y presupuestales, la directora se muestra optimista y confiada en que la edición 52 será un éxito, gracias a la colaboración de los diferentes países, artistas y el equipo de trabajo del festival. El compromiso por ofrecer una programación de calidad que refleje la riqueza cultural de México y sus relaciones con otras naciones se mantiene como el eje central de su gestión.
En cuanto a su futuro en la dirección del festival, Aymerich se encuentra aún deliberando sobre si continuará en el cargo. No obstante, su legado hasta el momento ha sido significativo, marcando una nueva etapa en el FIC que busca no solo entretener, sino también educar y abrir diálogos a través del arte. La expectativa crece para la edición de este año, donde el público podrá apreciar el resultado de estos esfuerzos y la evolución del festival en su conjunto.
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