El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos plantea desafíos significativos para México, especialmente en áreas como la política migratoria y la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Las declaraciones de Trump sugieren un endurecimiento en las políticas migratorias, además de la amenaza de aumentar aranceles a productos mexicanos, lo cual podría impactar negativamente el crecimiento económico de México.
Claudia Sheinbaum, la actual jefa de gobierno de la Ciudad de México, se enfrenta a la última fase de la reforma judicial implementada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, en un contexto de previsiones económicas poco optimistas. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha reducido las proyecciones de crecimiento económico para México, y si las políticas de Trump se materializan, el crecimiento podría ser aún más bajo en el próximo año.
A pesar de estas preocupaciones, Sheinbaum ha declarado que no hay motivos para alarmarse y que México, como país independiente y soberano, mantendrá una buena relación con Estados Unidos. También se debe tener en cuenta la presión sobre la política antidrogas, particularmente en relación con el consumo de fentanilo, un tema de especial interés para el gobierno estadounidense.
Esto representa una compleja interrelación de factores que podrían influir en el futuro económico y social de México en el contexto del nuevo mandato de Trump.