“Joker: Folie à Deux” resulta notablemente inerte
El análisis de "Joker: Folie à Deux" plantea una comparación interesante con su predecesora, "Joker" de 2019. Mientras que la primera película logró captar la atención del público a través de la intensa y multifacética actuación de Joaquin Phoenix como Arthur Fleck, la secuela parece perder parte de esa energía vital que hizo que su antecesora fuera tan impactante.
El enfoque de Phillips en una narrativa que mezcla drama carcelario, thriller judicial y elementos musicales, aunque ambicioso, no logra mantener el mismo nivel de tensión y emoción. La decisión de explorar las repercusiones de las acciones de Arthur, en lugar de continuar su descontrolado viaje hacia el caos, parece ser un intento consciente de reflexionar sobre el personaje y su impacto en la sociedad. Sin embargo, este giro narrativo resulta en una sensación de inercia y aburrimiento, lo que contrasta con la provocativa naturaleza de "Joker".
La presencia de Lady Gaga como Lee Quinzel es un elemento intrigante que podría haber agregado una nueva dimensión a la historia, pero la crítica sugiere que incluso su atractivo no puede rescatar la película de su tono monótono. A pesar de los intentos de Phillips de subvertir las expectativas y ofrecer una secuela que se aleja del típico enfoque de violencia y caos, el resultado final parece quedarse atrapado en un ciclo reflexivo que no logra enganchar a la audiencia de la misma manera que lo hizo la primera entrega.
Esto plantea preguntas sobre las expectativas de las secuelas y el riesgo de abordar temas complejos de una manera que, aunque puede ser interesante, no siempre resulta entretenida o cautivadora. La secuela, al optar por una narrativa más contemplativa y musical, puede haber perdido la chispa que hizo que "Joker" resonara tanto en el público y la crítica.
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