Es un momento de gran tristeza para el mundo del fútbol y el deporte en general. La figura del Papa Francisco trascendió más allá de su papel religioso; su amor por el fútbol y su apoyo al deporte eran bien conocidos y apreciados. Desde su idiosincrasia argentina, era un ferviente seguidor de San Lorenzo, un club que representa una parte importante de su identidad.
Su fallecimiento a los 88 años ha conmovido a millones, y la respuesta inmediata del mundo deportivo, suspendiendo actividades y rindiendo homenaje a su legado, resalta la influencia que tuvo. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la liga italiana tomaron acciones contundentes al posponer partidos, a modo de tributo.
Las interacciones del Papa con figuras legendarias del fútbol, como Diego Maradona y Lionel Messi, y sus esfuerzos por utilizar el deporte como un medio para promover la paz y la unidad, lo convierten en una figura emblemática. El mensaje de Messi y la declaración del presidente de la FIFA son solo un par de ejemplos de cómo su impacto fue reconocido en el ámbito deportivo.
El recuerdo del Papa Francisco como un líder espiritual y un apasionado del fútbol perdurará, y su legado seguramente continuará inspirando a futuras generaciones, tanto dentro como fuera de las canchas.