La situación de Fátima Quintana ha captado la atención debido a la gravedad del incidente y las acusaciones de bullying que plantea su familia. El caso se centra en una caída desde el segundo piso de la secundaria 236 en Iztapalapa, donde la adolescente expresó que no había nadie cerca en el momento del accidente. A pesar de la declaración de Fátima, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha indicado que no hay evidencias de que haya sido empujada, lo que ha generado descontento en su familia, quienes argumentan que la falta de una investigación exhaustiva podría haber impedido esclarecer los hechos adecuadamente.
La Fiscal General, Bertha Alcalde Luján, junto con Gema Chávez de la Coordinación General de Investigación de Delitos de Género, ha asegurado que las indagatorias siguen en marcha. Sin embargo, los familiares de Fátima sostienen que la investigación no ha considerado todas las circunstancias necesarias y lamentan que no se haya tomado en cuenta la versión completa de la adolescente antes de llegar a conclusiones previas.
Este caso resalta la importancia de realizar investigaciones comprensivas y sensibles, especialmente cuando se trata de menores y situaciones potencialmente vinculadas al acoso escolar. La comunidad escolar y las autoridades deben actuar con cautela y asegurar que se protejan los derechos y la salud de los implicados mientras se busca la verdad de lo ocurrido.