La pelea entre Mike Tyson y Jake Paul ha generado muchas discusiones y teorías en las redes sociales, especialmente tras la filtración de un supuesto guion que detaila cada round del combate. Este documento, que ha sido compartido ampliamente, ha suscitado dudas sobre la autenticidad de la pelea y si realmente fue un evento competitivo o solo un espectáculo diseñado para atraer a los fanáticos y generar ingresos.
Según lo que se ha divulgado, el guion parece alinearse en gran medida con lo que realmente transcurrió en el ring durante la pelea. Por ejemplo, se describe cómo Tyson, a sus 58 años, muestra destellos de su habilidad en el primer round, mientras que Jake Paul, más joven y ágil, utiliza su movilidad para evitar ser golpeado, lo cual coincide con las observaciones de muchos espectadores. A medida que avanza la pelea, el guion revela que Tyson comienza a fatigarse y Paul empieza a hacer valer su ventaja, logrando conectar golpes más claros.
La especulación en torno a si el documento fue elaborado por inteligencia artificial solo añade una capa más de incertidumbre. Muchos creen que esto podría ser parte del fenómeno más amplio que rodea las peleas de exhibición y el mundo del entretenimiento deportivo en general, donde la línea entre lo real y lo planeado a menudo se difumina.
Además, las cifras financieras de la pelea resaltan el motivo detrás de eventos como este. Jake Paul, quien ha construido una carrera en torno a sus peleas como youtuber, supuestamente recibió 40 millones de dólares por el combate, mientras que Tyson obtuvo 20 millones. Esto plantea la pregunta de si la prioridad estaba en ganar dinero y atraer a los fanáticos, más que en la competencia deportiva en sí.
En este contexto, la pelea entre Tyson y Paul se convierte en un espectáculo de entretenimiento, y no tanto en un evento deportivo tradicional, lo que lleva a cuestionar la integridad del boxeo profesional y cómo evoluciona en la era digital.