La situación en Alcozauca, Guerrero, es alarmante y refleja un problema grave de violencia de género y falta de seguridad en la región. La marcha realizada por familiares y pobladores para exigir justicia por el feminicidio de Eleuteria Reyes Benito resalta la necesidad urgente de abordar el acoso y la violencia que sufren las mujeres, especialmente en el contexto de instituciones donde deberían encontrar protección.
Eleuteria, quien era madre de cuatro hijos y trabajaba como agente de Tránsito, había denunciado previamente el acoso por parte de su compañero policía, Herminio de Dios Bautista, quien la amenaza y la hostigó, lo que culminó en el trágico desenlace de su feminicidio. Este caso pone de manifiesto no solo la violencia ejercida por hombres como Herminio, sino también la falta de respuesta adecuada por parte de las autoridades municipales, que no lograron brindarle la protección necesaria a Eleuteria.
Los pobladores exigieron a la gobernadora Evelyn Salgado que se implemente un plan de seguridad que garantice la protección de las mujeres y que revise los perfiles de los policías y mandos de seguridad que podrían estar involucrados en actos de violencia y acoso. La inquietud por la seguridad en Alcozauca se intensifica ante el aumento de asesinatos de mujeres y otros delitos, como secuestros, que han generado un clima de miedo en la comunidad.
La exigencia de justicia y la demanda de un alto a los feminicidios son vitales en el contexto actual, donde muchas mujeres viven bajo el miedo constante de la violencia. Es imperativo que las autoridades tomen medidas efectivas y rápidas para garantizar la seguridad y el bienestar de todas las mujeres, así como procesar adecuadamente a los responsables de estas atrocidades.