El tema del boxeo femenino y la inclusión de atletas transgénero ha suscitado un intenso debate en los últimos años, y el caso de Imane Khelif ha sido un punto focal de estas discusiones. La polémica comenzó cuando Khelif se enfrentó a Angela Carini en los octavos de final de París 2024, donde Carini, tras solo 46 segundos de combate, decidió retirarse, afirmando que nunca había recibido golpes tan fuertes. Esto desató rumores entre los internautas y diversos medios sobre la identidad de género de Khelif, sugiriendo que podría ser una atleta transexual.
La situación se complica al considerar que esta no es la primera vez que Khelif enfrenta acusaciones de tener una “ventaja biológica”. En 2022, durante el Torneo Golden Belt en Guadalajara, su victoria sobre la boxeadora mexicana Brianda Cruz provocó similitudes en el discurso acerca de ventajas competitivas.
La Asociación Internacional de Boxeo (IBA) ha intervenido en la discusión al descalificar a Khelif en 2023, junto a otra atleta, tras someterse a pruebas bioquímicas. La IBA aseguró que los resultados de las pruebas mostraron que ambas no cumplían con los criterios de elegibilidad, lo que llevó a cuestionar su competencia en la categoría femenina.
Este caso ilustra los desafíos que enfrenta el deporte en la definición de categorías y las políticas de inclusión, especialmente cuando se trata de la testosterona y la fisiología de los atletas. A medida que se avanza en estas discusiones, es importante abordar las preocupaciones sobre la equidad en el deporte al mismo tiempo que se valida la identidad de género de los atletas.