En los últimos días, la violencia en Michoacán ha cobrado fuerza, especialmente con ataques dirigidos a las patrullas de la Guardia Civil en varios municipios. En un período de solo cuatro días, se registraron tres atentados, que resultaron en la muerte de un agente y lesiones a otro, así como la detención de un presunto delincuente.
El primer incidente ocurrió el 27 de julio, cuando hombres armados abrieron fuego desde camionetas contra los agentes de la Guardia Civil en el municipio de Pátzcuaro. Estos agentes se dirigían a la comunidad de San Bartolo tras recibir un reporte de robo. Aunque el ataque fue repelido, los agresores lograron escapar.
El segundo ataque tuvo lugar el 29 de julio en Morelia. En este caso, la Guardia Civil detuvo un automóvil para realizar una revisión, pero uno de los ocupantes disparó, resultando en la muerte de un agente de la corporación. A pesar de una intensa persecución y el apoyo de un helicóptero, no se reportaron detenciones de los agresores.
Finalmente, el 30 de julio en Apatzingán, miembros de la Guardia Civil intentaron detener a dos hombres que se negaron a hacer caso y atropellaron a un agente. Esto provocó un intercambio de disparos, aunque no se han indicado más detalles sobre heridos o detenidos en este incidente.
La situación refleja el creciente nivel de violencia y riesgos que enfrenta la policía en la región.