EMPLEO Y REACTIVACIÓN ECONÓMICA, AGUJAS EN UN PAJAR
Emilio, un taxista de la Ciudad de México que me encontré hace unos días, llegó a ser director en una institución de gobierno. Con los recortes que se han dado y la desaparición de áreas desde el inicio de esta administración por la llamada austeridad, le pidieron su renuncia en enero de este año, no encontró trabajo en oficina y desde hace cinco meses maneja un auto de sitio, no tuvo otra opción. Es licenciado en Administración Pública por la UNAM.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI en su reporte del tercer trimestre del año, En México hay alrededor de 51 millones 11 mil personas con trabajo; hubo una disminución de 4 millones 200 mil personas ocupadas con respecto del mismo periodo de 2019. La tasa de este indicador se ubicó en su nivel más bajo desde 2010.
Las ciudades de la república con más tasa de ocupación, es decir, donde hay mayores posibilidades de encontrar empleo, son: Tijuana, Oaxaca, Cuernavaca, Reynosa y Mexicali y aquellas donde difícilmente encontrarás trabajo son: Villahermosa, Toluca, León, Saltillo y Cancún. Estas últimas también tienen el mayor porcentaje de desocupación.
Las personas que trabajan en la informalidad suman más de 27 millones, tres y medio millones menos comparado con el mismo periodo del año pasado. El INEGI reconoce que la recuperación del empleo ha sido muy lenta pese a los mensajes de optimismo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hay 22 millones de personas en la actualidad desempleadas, subocupadas o que no están buscando empleo y sin embargo, están dispuestas a trabajar. Mucha gente que fue desocupada por la pandemia, ha dejado de buscar alguna actividad remunerada.
El desempleo está íntimamente ligado a la reactivación económica de las empresas y por supuesto a la crisis sanitaria que estamos viviendo. Las buenas perspectivas empresariales habían repuntado un poco en junio y julio, pero en agosto empezaron nuevamente a caer y no se han levantado, de acuerdo con datos del INEGI. Los sectores de servicios, industrial y primario bajaron 10.2, 9 y 52.2 por ciento, respectivamente.
La inversión pública y privada es la posibilidad de crear empleos. Son dos alternativas que necesariamente van juntas, pero el gobierno sigue, por un lado, destinando la mayor parte de su presupuesto a programas sociales y desapareciendo oficinas para impactar mediáticamente, y por otra parte, sin incentivar y dar confianza a los empresarios. Así, difícilmente podremos superar el déficit millonario de fuentes de trabajo, por más que cada mañana nos la pinten muy bonito.
Por Ricardo Burgos Orozco
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI en su reporte del tercer trimestre del año, En México hay alrededor de 51 millones 11 mil personas con trabajo; hubo una disminución de 4 millones 200 mil personas ocupadas con respecto del mismo periodo de 2019. La tasa de este indicador se ubicó en su nivel más bajo desde 2010.
Las ciudades de la república con más tasa de ocupación, es decir, donde hay mayores posibilidades de encontrar empleo, son: Tijuana, Oaxaca, Cuernavaca, Reynosa y Mexicali y aquellas donde difícilmente encontrarás trabajo son: Villahermosa, Toluca, León, Saltillo y Cancún. Estas últimas también tienen el mayor porcentaje de desocupación.
Las personas que trabajan en la informalidad suman más de 27 millones, tres y medio millones menos comparado con el mismo periodo del año pasado. El INEGI reconoce que la recuperación del empleo ha sido muy lenta pese a los mensajes de optimismo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hay 22 millones de personas en la actualidad desempleadas, subocupadas o que no están buscando empleo y sin embargo, están dispuestas a trabajar. Mucha gente que fue desocupada por la pandemia, ha dejado de buscar alguna actividad remunerada.
El desempleo está íntimamente ligado a la reactivación económica de las empresas y por supuesto a la crisis sanitaria que estamos viviendo. Las buenas perspectivas empresariales habían repuntado un poco en junio y julio, pero en agosto empezaron nuevamente a caer y no se han levantado, de acuerdo con datos del INEGI. Los sectores de servicios, industrial y primario bajaron 10.2, 9 y 52.2 por ciento, respectivamente.
La inversión pública y privada es la posibilidad de crear empleos. Son dos alternativas que necesariamente van juntas, pero el gobierno sigue, por un lado, destinando la mayor parte de su presupuesto a programas sociales y desapareciendo oficinas para impactar mediáticamente, y por otra parte, sin incentivar y dar confianza a los empresarios. Así, difícilmente podremos superar el déficit millonario de fuentes de trabajo, por más que cada mañana nos la pinten muy bonito.
Por Ricardo Burgos Orozco
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