El peso mexicano experimentó un ligero avance el 30 de agosto, después de una semana complicada en la que fue la divisa más depreciada a nivel mundial, principalmente debido a reformas de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, especialmente aquellas relacionadas con el Poder Judicial, y un anuncio que mencionaba la "pausa" en las relaciones con Estados Unidos y Canadá. Al cierre de la jornada, el tipo de cambio se situó en 19.7027 pesos por dólar, tras haber comenzado la semana en 19.0718, lo que representa una depreciación del 3.2% en comparación con hace una semana.
Los mercados financieros globales mostraron una actitud más optimista, ya que la inflación en EE. UU. se mantuvo estable en un 2.5% para julio, lo que sugiere que la Reserva Federal podría empezar a recortar las tasas de interés. Las especulaciones apuntan a que la tasa principal podría disminuir en 0.25 o 0.5 puntos porcentuales en la próxima reunión del banco central en septiembre, tras las declaraciones del presidente de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal en el simposio anual de Jackson Hole. Este contexto internacional ha influido en el comportamiento del peso.