El presidente Andrés Manuel López Obrador ha construido una narrativa optimista y casi utópica sobre México durante su administración, la cual ha sido comunicada a través de sus conferencias de prensa mañaneras. En su último informe de gobierno, López Obrador presentó un México donde los problemas como la corrupción y la impunidad no existen, y donde los ciudadanos disfrutan de un sistema de salud considerado el mejor del mundo, superando incluso a naciones reconocidas por su calidad en este sector.
En su retórica, el gobierno federal ha alcanzado niveles de eficiencia y beneficio social tan altos, que plantea su gestión como un periodo comparable a las grandes transformaciones de la historia de México, como la Independencia y la Revolución. Esta idealización parece contrastar con la realidad que muchos mexicanos viven diariamente y ha suscitado críticas sobre la veracidad de las afirmaciones y la forma en que se gestionan y se comunican los resultados de su gobierno.
López Obrador ha identificado su gobierno como parte de la "Cuarta Transformación" del país, sugiriendo una continuidad en una lucha por la justicia y el bienestar social que, según él, marca un antes y un después en la historia reciente de México. Sin embargo, para los críticos, esta narrativa puede reflejar una desconexión con las realidades cotidianas que enfrentan los ciudadanos.